Las Naciones Unidas declararon el 10 de febrero como Día Mundial de las Legumbres, tras ser consideradas de manera unánime como fundamentales para afrontar los desafíos de la pobreza, la seguridad alimentaria, la salud humana y la nutrición, la salud del suelo y el medio ambiente.
En ese marco, la Secretaría de Políticas Alimentarias del Ministerio de Desarrollo Humano y Articulación Solidaria, recuerda los beneficios que aportan en toda su variedad: siendo aliadas para lograr un equilibrio en la alimentación y reducir la malnutrición, ya que brindan saciedad, son económicas, tienen un gran rendimiento y son fáciles de conservar.
En su estado natural, las legumbres son bajas en grasas y no tienen colesterol, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, son bajas en sodio y una fuente excelente de proteínas de origen vegetal.
En su amplia variedad, son una buena fuente de hierro; son ricas en potasio, nutritivas, y desempeñan un papel importante para las funciones digestivas y musculares.
Lentejas, lentejones, lentejas turcas, garbanzos, arvejas secas, arvejas partidas, poroto pallares, aduqui poroto alubia, negro, colorado o de soja, habas, alfalfa y maní, son algunas de las semillas recomendadas para diversificar las dietas y, al no contener glúten en su estado natural, son una opción ideal para los celíacos.
También son una fuente excelente de folato: una vitamina B que se encuentra de forma natural en muchos alimentos, esencial para la función del sistema nervioso y especialmente importante durante el embarazo para prevenir anomalías en el feto.
Ayudan a estabilizar el azúcar en sangre y los niveles de insulina, convirtiéndose en alimentos adecuados para las personas con diabetes e ideales para controlar el peso.
fuente gobierno RN
