Tras el efecto de la cuarentena producto del coronavirus, la pobreza llegó al 40,9% en el primer semestre del año, lo que implica que unos 18,5 millones de personas en todo el país no logran cumplir con sus necesidades básicas. A su vez, la indigencia trepó al 10,5%, equivalente a 4,8 millones de personas que a junio padecían hambre, según informó esta tarde el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Con estos números, quedó confirmado el fuerte impacto que la parálisis económica por la pandemia generó en el empleo y los ingresos de la población. En comparación con el último semestre de 2019, cuando aún gobernaba Mauricio Macri, el incremento fue de poco más de cinco puntos porcentuales. Entre junio y diciembre del año pasado, la pobreza llegó al 35,5 por ciento. Concretamente, hoy hay 2,5 millones de personas más que cayeron bajo la línea de pobreza y 1,2 millones más de indigentes respecto del último semestre del año pasado.
La indigencia trepó al 10,5%, equivalente a 4,8 millones de personas que a junio padecían hambre
La cifra conocida hoy es la más alta desde el primer semestre 2004, que fue del 44,3%. A fines del 2001, antes del estallido de la convertibilidad, se ubicaba en el 38,3% y en el segundo semestre del 2002 saltó al 57,5%. Si la comparación se realiza versus el segundo semestre, la cifra conocida hoy es la mayor desde el 2003, cuando entre junio y diciembre la cifra era del 47,8 por ciento.
La historia argentina muestra que la pobreza alcanzó picos en torno al 50% durante la hiperinflación de 1989 y la crisis de 2001-2002, cuando superó incluso el 55%. Lo que advierten los analistas en la materia es que luego de cada crisis económica que se traduce en un fuerte salto de la pobreza, luego no se vuelve a los niveles previos sino que la cifra se estabiliza en un escalón más arriba.
si se compara el dato del trimestre abril-junio con respecto al primero, cuando todavía la Argentina no estaba en aislamiento, la suba de la pobreza fue de 12 puntos porcentuales, ya que saltó del 34,6% al 47%. Ello equivale a 5 millones más de personas pobres en la Argentina y casi 2 millones más de indigentes, ya que la indigencia creció de 8,6% a 12,4% entre el primero y el segundo trimestre, estimó el economista Claudio Lozano.
El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, admitió que los datos son “realmente críticos” y que el primer objetivo hacia adelante es recuperar a esas personas que cayeron en la pobreza en el medio de la pandemia porque se quedaron sin trabajo o perdieron sus ingresos. “Por eso, queremos impulsar cinco sectores productivos clave: construcción, textil, producción de alimentos, economía del cuidado, y recolección y reciclado de residuos urbanos”, dijo.
FUENTE: Infobae