Con las limitantes propias en tiempo de Covid para hacer política, la oposición interna radical a la conducción de Lorena Matzen se mueve en la provincia con el propósito de lograr apoyos a Yamile Direne, para su postulación como presidente de la UCR, en las elecciones internas convocadas para el 18 de abril del año próximo.
Por otro lado, trascendió la negativa de Mariano Lavín –candidato de Matzen- de postularse para presidir el radicalismo, decisión que obligó a la actual diputada nacional de Juntos por el Cambio a definir su postulación para seguir conduciendo la UCR, tal como adelantó en una radio de General Roca.
Una comitiva reducida de radicales que apoyan a Direne, visitó estas últimas semanas varias localidades, además de un vasto barrido por las agendas telefónicas, para convocar a dirigentes, que, a decir de los comentarios recogidos por esta Agencia, resultaron satisfactorios, en el marco de un radicalismo desmovilizado, escuálido y carente de respuestas.
Esta “armada de Brancaleone” percibe en cada charla o visita a los correligionarios dos sensaciones encontradas, por un lado, entusiasmo y por otra desazón por el partido. Sin embargo, esa prédica en el desierto, va tomando cuerpo en el compromiso de trabajar por la candidatura de Direne, sustentado en las críticas a la conducción de Lorena Matzen.
De esta manera según pudo conocer ADN, se recogieron apoyo de dirigentes de Sierra Grande y la zona atlántica, la región sur y el Bolsón, al igual que en el Alto y Medio Valle.
En cada una de estas conversaciones entre los radicales hay un tema excluyente: la oposición a seguir en la alianza con el macrismo, junto con el PRO y el ARI. En este relevamiento de opiniones –que junta a decenas de referentes en cada localidad- el consenso es casi unánime en cuanto a la inclusión del radicalismo en futuras alianzas electorales. Todas las miradas están puestas enJuntos Somos Río Negro.
¿Por qué este convencimiento de sectores mayoritarios? La respuesta surge por decantación. Por su anclaje provincial, cabe recordar que la UCR rionegrina se comportó en los hechos como una fuerza territorial con independencia de las decisiones nacionales; por afinidad en los niveles dirigenciales; por coincidencias en políticas de Estado; la necesidad de proteger a los gobiernos locales, no sin dejar de mencionar también –de suma importancia- el desplazamiento y ninguneo del macrismo hacia el radicalismo rionegrino.
Matzen observa estos movimientos y sabe que aún en las críticas que hace a muchos de estos dirigentes por pertenecer “a la vieja política”, como le gustaba decir a Mauricio Macri, la mayoría tiene predicamento y hay en cada pueblo liderazgos que aún perduran.
La conductora de la UCR también busca mantener su espacio, pero ve debilitado a sus actuales socios, ya que tanto el PRO como el ARI no encuentran raigambre en el territorio rionegrino. Hay ausencias y silencios de Aníbal Tortoriello, que se repite en el ARI y su dirigencia. A Matzen se le cierran las alternativas porque, aunque quisiera, en JSRN la quieren bien lejos. Difícil olvidar su activa militancia en contra de la reelección de Alberto Weretilneck.
FUENTE. ADN